Tomar un baño de sauna significa “calentarse” y “enfriarse” de forma alterna (por lo menos dos o tres veces). Antes de entrar en la sauna no haga excesos con los alimentos, deje que transcurra como mínimo una hora desde la última comida para que el proceso digestivo esté en un estado adecuado. No se debe consumir alcohol ni antes ni durante el uso de la sauna.
Por motivos de higiene se considera una buena costumbre tomar una ducha con agua templada antes del baño de sauna y acceder a la sauna con una piel limpia para posteriormente secarse, una piel seca transpira más rápidamente bajo los efectos del calor.
Entre en la cabina relajado, sin prisas, asegúrese que la temperatura de la sauna sea la adecuada, entre 80 y 90ºC. Por higiene y evitar quemaduras ponga una toalla en los bancos. Es aconsejable situarse en los bancos superiores o si lo prefiere empezar en el inferior unos pocos minutos para aclimatarse y empezar a sudar para ascender posteriormente. Túmbese, para que todo el cuerpo esté a la misma temperatura. El límite de la fase de calentamiento se consigue cuando el cuerpo está suficientemente caliente y siente la necesidad de refrigerarse, no hace falta considerar si se ha transpirado o no lo suficiente. Por esta razón se considera un período de tiempo óptimo de permanencia en la cabina de la sauna de entre 8 y 12 minutos con un máximo de 15 minutos. Reincorpórese lentamente para adaptarse de nuevo a la posición vertical.
Al salir de la cabina le sugerimos permanecer unos minutos tranquilamente en el exterior para aclimatar y enfriar las vías respiratorias. Dúchase con agua fría, empezando por los pies para aumentar la circulación sanguínea. Descanse relajado durante 15 minutos y, si lo desea, puede repetir una segunda sesión, sin embargo, le recordamos que no es aconsejable tomar más de 2 sesiones por día y no más de 3 durante la semana.
Una vez acabada la sesión espere a dejar de transpirar para volverse a vestir, descanse, tome sorbos de agua, algún refresco o bebida isotónica para hidratarse, sin prisas.
Las saunas son, en líneas generales, muy positivas, pero hable con su médico si sufre de hipertensión, cardiopatías o está usted embarazada para valorar la situación antes de disfrutar de un baño de sauna.